Cal Raleigh y su swing mortal eclipsan a estrellas como Ohtani y Judge
El catcher rompió la marca de más jonrones para un beisbolista en esta posición antes del Juego de Estrellas.
Los receptores solían ser muros, no explosiones. Se les exigía aguantar golpes, no repartirlos. Johnny Bench cambió eso en los 70. Cal Raleigh lo dinamitó.
La tarde de ayer en Wrigley Field tenía todo para ser nostálgica: juego con luz de día y Cubs al frente en los primeros episodios. Pero fue Raleigh quien decidió convertirla en histórica. Conectó dos cuadrangulares que no sólo silenciaron Chicago. También rompieron el récord de más jonrones antes del All-Star Game para un receptor, una marca que Bench había dejado en 28 y que parecía esculpida en piedra sagrada.
Raleigh llegó a 29 estacazos y, de paso, comanda toda la MLB en cuadrangulares, opacando a Shohei Ohtani y Aaron Judge, los rostros más grandes de la Major League Baseball (MLB). El catcher de Mariners lo ha hecho sin campañas publicitarias, sin portada en videojuegos. Sólo con poder. Es ya su sexto juego con múltiples bambinazos este año, una cifra que iguala la segunda mejor marca para un receptor, sólo detrás de los ocho que logró Javy López en 2003.
Raleigh pegó en el primer rollo y luego en el séptimo para devolverle la ventaja a su equipo con un tablazo que se llevó por delante a Julio Rodríguez.
RALEIGH, UNA MÁQUINA PRODUCTORA DE CARRERAS
El receptor de Mariners tiene 63 carreras producidas y un promedio de .273. Sin tener una gran velocidad, se ha robado nueve bases.
Cal no es sólo una gran arma ofensiva, es un hombre duro en el plato. De esos que no se permite un día de descanso. Raleigh ha sido receptor titular en 56 juegos con Seattle. Se ha agachado aproximadamente 150 veces por encuentro. Recibiendo rectas de 98 millas y guiando a los pitchers.
En una era marcada por Ohtani y Judge, Raleigh día a día se ha encargado de eclipsarlos y de que la industria voltee a ver a un catcher que tiene el mismo poder que las grandes estrellas que iluminan el juego.