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A causa de la COVID-19, 130,000 huérfanos en el país

A pocos días de cumplirse tres años de que en nuestro país se registró el primer caso positivo a la COVID-19, la forma de vida ha cambiado de manera importante de como la conocíamos hasta antes de la pandemia por el virus del SARS-CoV-2.

Desde febrero del 2020 a la fecha, el mundo ha cambiado en muchos sentidos, y uno de los más grandes cambios ocurrió principalmente en todos aquellos niños quienes se quedaron sin sus cuidadores primarios. Familias que nunca volverán a ser las mismas.

En la editorial “130,000 huérfanos a causa del Covid-19”, publicado en el semanario Desde la Fe, la Arquidiócesis Primada de México resaltó que con base en el Reporte sobre la familia en México 2022: Retos y Transformaciones en Clave de Esperanza”, se identificó que al menos 131,325 niños mexicanos que quedaron huérfanos por la pandemia de Covid-19.

En el documento elaborado por el Centro de Estudios de Familia, Bioética y Sociedad (CEFABIOS) de la Universidad Pontificia de México, en alianza con la Conferencia del Episcopado Mexicano, se identificaron dos problemas más a causa de la pandemia: un rezago educativo de dos años y el aumento de la pobreza por aquellos mexicanos que se quedaron sin ingresos o los vieron disminuidos considerablemente.

Al respecto, la iglesia católica del país advirtió que el panorama no es sencillo y si no se atiende con prontitud y seriedad, esos más de 130,000 niños que quedaron huérfanos se encuentran en el riesgo adicional de vivir más abandono emocional, físico y social.

En este sentido, se enfatizó que es prioritario trabajar en el fortalecimiento de las familias en todas sus estructuras, pues la familia sigue siendo la institución más importante que existe, particularmente en momentos de crisis emocional, de enfermedad o inseguridad.

LLAMADO A AUTORIDADES Y SOCIEDAD, A VELAR POR EL BIENESTAR DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA

La jerarquía católica del país hizo un urgente llamado a los gobiernos y a todos los actores sociales a cuidar ese gran tesoro que es la familia, a trabajar para reforzarla y evitar que caiga en el abandono. Una familia dividida o fracturada es caldo de cultivo para los vicios que hoy lastiman a nuestra sociedad.

Llamamos también a todos los ciudadanos a hacerse responsables de su rol dentro de una familia, particularmente en el cuidado y la formación de los niños, adolescentes y jóvenes, pues son ellos quienes más nos necesitan. Ignorar esta obligación abona a la pérdida de valores, y por lo tanto, a un país violento.

La Iglesia tiene un papel relevante, pues debe impulsar la esperanza a partir de la fe y los valores de la cultura cristiana, que son luz para nuestra sociedad.

Particularmente, como Arquidiócesis de México, el Cardenal Carlos Aguiar Retes ha pedido, desde hace cinco años, que la atención a los niños a través de la catequesis, y a los adolescentes y jóvenes mediante la Pastoral Juvenil sea una prioridad diocesana, así como el Mes de la familia, en marzo, que en esta ocasión celebrará 30 días de actividades, talleres, cursos, foros y más, para sanar nuestras familias y fortalecerlas en el amor y los valores.

La familia es el proyecto de Dios para conducir al ser humano, desde su nacimiento hasta la muerte, en el aprendizaje del amor. Colaboremos todos para sanar y fortalecer a nuestras familias.